Star Wars: The Acolyte (2024)

The Acolyte no se anda con rodeos. En menos de 30 segundos ya incluye una escena de lucha con Carrie-Ann Moss a lo Matrix, a la que se suma buena parte de la adorada iconografía de Star Wars: jedis, espadas láser, cantinas en las que alternar con bichos verdes… Pero la serie sigue los preceptos del thriller clásico (falso culpable, giros de guion, misterio, acción y códigos morales), por lo que los espectadores familiarizados solo con una parte de la saga pueden disfrutar de su trama sin necesidad de tener un master en el universo George Lucas.

Resulta curioso ver tanto enfado por el estreno de una serie que es pura franquicia ‘Star Wars’ pero que a la vez se disfruta de forma más libre y abierta que nunca. No sólo porque ahora cualquiera pueda ser une Jedi (también los hombres, como el fantástico Lee Jung-Jae), sino porque hemos dejado caer el tufo a binarismo moral y el cargadísimo lore de las galaxias clásicas. ‘The Acolyte’ se siente como una partida de ‘Cluedo’, especiada con algo de wuxia para toda la familia y un reparto de reinas: desde Amandla Stenberg a Carrie-Anne Moss (qué regalazo).