X (2022)

Esta película es como una caja de galletas de mantequilla danesas: sabes qué vas a encontrar dentro y no, no son dulces. Tampoco caben grandes ideas en un bote azul, pero no las esperas. Entras en Netflix para buscar algo de arropo cultural, y es exactamente lo que te da el descacharre de Mia Goth, Jenna Ortega y los chicos, entregados en actualizar los tropos que el slasher nos regala desde ‘La matanza de Texas’. Naturalmente, te encantará si te embadurnarse de sangre y polvo en ‘Resident Evil: Biohazard’ y da para un programa doble edadista-terrorífico-cómico con ‘Castores zombies’.

La productora independiente A24 suma varias capas de lectura a esta película. La trama seduce a amantes del slasher básico, con su grupo de jóvenes moralmente desviados, en medio de la nada, en los años setenta, a punto de ser desmembrados de todas las formas posibles (Hola, La matanza de Texas). También es una reflexión sociológica sobre el momento en que Estados Unidos se enfrentó a sus dos grandes amenazas: la consagración del culto al cuerpo y de la fama frente a la frustración de la White Trash, capaz de asaltar el Capitolio. Su precuela, Pearl, rodada casi a la vez, compone una clásica sesión doble de terror, de esas que Tarantino adora.