Shirley (2024)

Desde que Ava DuVernay triunfara en 2014 con Selma, ha florecido el subgénero de dramas conectados con la lucha por los derechos civiles de la raza negra. Shirley -sobre la primera mujer negra que llegó al Congreso de los Estados Unidos- se suma a la lista de las recientes Rustin y Till y otras como Fences y Hidden Figures. Esta vez, se trata de un biopic que cumple a rajatabla las reglas del biopic: personaje aspiracional y carismática y solvente actriz protagonista (Regina King). Es amablemente predecible, perfecto como peli de tarde con la que no moverse del sofá.

No hay nada fuera de lo esperable en el biopic de Shirley Chisholm, la primera congresista negra de los Estados Unidos, pero su historia lo suficientemente inspiradora y, de una forma parecida a ‘Small Axe’ de Steve McQueen, conecta bien los lugares más conocidos de las luchas negras estadounidenses con el trasfondo cultural que los motivó y con el estado de la cuestión hoy. Lo mejor, claro, es que en España todo lo que pase nos sonará nuevo. Regina King (‘Más dura será la caída’) es siempre un plus en carisma, así que vedla en Netflix en versión original.