Las plataformas están a rebosar de thrillers noirs coreanos. Les recomendamos empezar por los más clásicos y esenciales firmados por un puñado de autores de primera línea como los maestros Park Chan-wook, Bong Joon-ho, Na Hong-jin, Lee Chang-dong y Kim Jee-woon, el director de ‘Encontré al diablo’. Más adelante ya iremos a por títulos menos conocidos.
Sympathy for Mr. Vengeance (Park Chan-wook, 2002)
Aunque la primera ola de grandes thrillers coreanos remonta a los años 90 con títulos como Nowhere to Hide (Lee Myung-se, 1999), lo primero que nos encontramos es la primera parte de la llamada Trilogía de la Venganza de Park Chan-wook, una película trepidante, ultraviolenta, sórdida y absolutamente deslumbrante en lo formal. El bueno de Song Kang-ho es el sordomudo que tiene que reunir una suma astronómica para comprar un riñón para su hermana enferma.
Memories of Murder (Bong Joon-ho, 2003)
Al año siguiente, Song Kang-ho protagonizó otro gran clásico del género, considerado como el Zodiac coreano, por estar también basado en la historia real de un asesino en serie que nunca llegó a ser capturado. Song es el policía encargado del caso en un pueblo perdido, y sus métodos son tan poco ortodoxos como escasamente respetuosos por las libertades individuales. A la intriga se suma un humor bufo propio de una picaresca genuinamente coreana.
Old Boy (Park Chan-wook, 2003)
La segunda entrega de la Trilogía de la Venganza de Park Chan-wook fue la que puso en primer plano el thriller coreano a nivel global: la historia está inspirada en El Conde de Montecristo, aunque aquí el que sale buscando venganza después de un largo encierro lo hace armado de un martillo que no dejará títere con cabeza entre sus enemigos. Park lleva su estilo barroco al paroxismo, mientras el curtido Choi Min-sik se encarga de repartir leña.
A Bittersweet Life (Kim Jee-woon, 2005)
Después de romper con la cinta de terror 2 hermanas (2002), Kim Jee-woon se sumergió en el mundo del hampa con este elegantísimo thriller gansteril, muy influido por el cine de Jean-Pierre Melville: hasta Lee Byung-hun tiene un importante parecido con Alain Delon. La premisa es sencilla: No te enamores de la chica del jefe. Pero la ejecución es maravillosa, y de nuevo todo lo violenta que cabe esperar de un thriller coreano.
Sympathy for Lady Vengeance (Park Chan-wook, 2005)
Park cerró su Trilogía de la Venganza con esta apuesta por el género en femenino que protagoniza una deslumbrante Lee Young-ae –la inspectora Koo de la serie de Netflix–, a la que le arrebatan a su hija y meten en la cárcel. Al salir, naturalmente, querrá vengarse, y sin quedarse atrás de sus antecesores en un nuevo espectacular de violencia estilizada al máximo.
Mother (Bong Joon-ho, 2009)
Bong Joon-ho volvió a basarse en un caso real para contar la historia de esta madre coraje –increíble Kim Hye-ja, sobre todo en sus inolvidables escenas de baile– que trata de demostrar la inocencia de su hijo, disminuido psíquico, en un caso de asesinato, de nuevo en la Corea más rural. La espectacularidad, el gusto por lo sórdido y lo bizarro, y la incompetencia policial vuelven a aparecer demostrando que ya son marcas de fábrica del director de Memories of Murder.
Encontré al diablo (Kim Jee-woon, 2010)
El duelo entre un diabólico asesino en serie encarnado por Choi Min-sik (Old Boy) y el agente secreto sediento de venganza al que da vida Lee Byung-hun (A Bittersweet Life) es tan extremo que se llega rápidamente a un punto en el que es difícil distinguir el bien del mal. El juego al gato y al ratón que se llevan entre los dos es el pretexto para un auténtico festival de ultra violencia y acción en un trasfondo de sofisticadísima sordidez, con unos dientecitos para el recuerdo.
El extraño (Na Hong-jin, 2016)
Es una pena que joyas The Chaser como The Yellow Sea, las dos primeras películas de Na Hong-jin no estén actualmente disponibles, pero al menos sí tenemos este thriller que es mucho más esotérico y sobrenatural que los anteriores. Nos encontramos de nuevo en los lluviosos paisajes de la Corea rural donde vuelve a darse una serie de salvajes crímenes, que giran en torno a un extraño ermita, y afectan directamente a la vida de un policía bonachón.
Burning (Lee Chang-dong, 2018)
En contraste con los otros títulos del top, esta adaptación de el relato Quemar graneros del escritor japonés Haruki Murakami por el maestro Lee Chang-dong se cocina a fuego lento, a partir del momento en el que entre el chico y la chica se interpone otro hombre, más maduro y seguro de sí mismo, del que el primero empieza a sospechar que podría ser un criminal pirómano. Naturalmente, cuesta mucho diferenciar tales conjeturas de las paranoias que producen los celos.
Parásitos (Bong Joon-ho, 2019)
El bombazo que consiguió barrer en los Oscar después de llevarse la Palma de Oro en Cannes también es un thriller, entre otras muchas cosas. Un thriller claustrofóbico, psicológico y social, salpicado de humor y de sangre con el bueno de Song Kang-ho, de nuevo, en el centro de una endiablada historia sobre dos familias que, en la vida real, muy difícilmente hubiesen llegado a encontrarse en la muy polarizada sociedad coreana.
Decision to Leave (Park Chan-wook, 2023)
La madurez de Park Chan-wook se manifiesta en este noir menos explícito en cuanto a violencia, desnudez y contenido sexual que sus anteriores thrillers, que se construye en torno a la tensión sexual que se genera entre un policía y la principal sospechosa del asesinato que está investigando. Las diferentes versiones de lo que puede haber sucedido se suceden en el contexto de una puesta en escena ultra-barroca, que esta vez deja entrever que tiene su corazoncito.
¿Dónde puedo ver los mejores thrillers coreanos?
Aquí puedes encontrar la lista de las películas y en qué plataformas encontrarlas