Falleció en 1999, pero pocos directores han estado tan presentes en el siglo XXI como Stanley Kubrick. Por ejemplo, el Napoleón de Ridley Scott está inspirado en su Barry Lyndon, que a su vez está inspirado en la biografía de Napoleón. Y suya es la elipsis cinematográfica más grande de la historia, dando un salto con dos simples planos en, precisamente, la historia de la humanidad. Es la de 2001: una odisea en el espacio, saltando del hueso prehistórico a una nave en órbita.
Stanley Kubrick nunca tuvo miedo a tratar temas y conceptos polémicos, como en La naranja mecánica o Lolita. También en su película póstuma, que completó Steven Spielberg: Eyes Wide Shut. Y además lo hacía con el más virtuoso dominio técnico. La simetría es una constante en su estética visual.
Ha sido el tiempo el que le ha tenido que dar a la razón, porque en vida solo obtuvo un premio Oscar y ni siquiera fue como director o guionista. Lo logró como parte del equipo de efectos especiales de 2001.
Esta lista recopila los 12 largometrajes de Stanley Kubrick y los ordena de mejor a peor. Todos ellos están disponibles en plataformas, así que recorre toda su filmografía, una de las más brillantes de la historia del cine. No se incluyen algunos cortometrajes que rodó al principio de su carrera.
Senderos de gloria, uno de sus primeros trabajos, corona la lista. Es una obra maestra del cine y no solo desde el aspecto técnico. Es un claro ejemplo de lo bueno que era el cineasta con el manejo de la cámara. Este canto antibelicista necesita de menos de hora y media para apabullar al espectador con los horrores de la guerra. Y, a pesar de rodarse en los años cincuenta, no necesita de grandes efectos especiales para impactar con su narrativa visual. Fue el proyecto bisagra en la carrera de Stanley Kubrick, el que contó con un mayor presupuesto que sus anteriores trabajos y, por vez primera, con una gran estrella como Kirk Douglas. Fue el que abrió la puerta a los ambiciosos relatos que llegaron después.