Este remake de 2024 no tiene problemas en mantener la estética de la película original en la que se basa, rodada por Patrick Swayze a finales de la década de los ochenta. De hecho, es uno de sus grandes alicientes, ya que ofrece lo que promete: cine de acción del de toda la vida, sin excesivas complicaciones, y un protagonista, en este caso Jake Gyllenhaal, que pasa más tiempo sin camiseta que con ella. Como un Club de la lucha pero restándole la crítica social que encerraba el clásico de Fincher.